Pasión y Disciplina son las claves para alcanzar y mantener el sueño de emprender
A veces las personas me preguntan: Sonia, ¿Cómo lo haces?, ¿Cómo has ido formando tu Marca (personal) y tu empresa? Y les respondo que todo se resume a dos palabras: pasión y disciplina.
Sin duda el Coaching hizo demasiado en mí. Hizo que revolotee todos mis sueños y las ganas que tenía -desde hace varios años y sin darme cuenta- de emprender algo propio que tuviera mi sello. Encontré mi pasión y la magia empezó a darse; me dije: “quiero que cuando alguien vea mi trabajo, no diga solo que es bueno, sino ¡WOW!”.
También me propuse que quienes conozcan mi trabajo, regresen, me recomienden, posteen sobre mí y me recuerden como la coach que les hizo cuestionarse sobre lo que hacen hoy y en dónde quieren estar el día de mañana.
Una vez que tuve clara mi pasión, fui por lo segundo más importante: la disciplina. Algo que cuesta a todo emprendedor en sus inicios, ¿No les ha pasado? ¡Levanten la manito con confianza!
Cultivar la disciplina nos cuesta mucho porque debemos aprender a gestionar el tiempo que tenemos disponible. Al emprender, el tiempo pasa a representar «oportunidades» que pueden surgir aún en tus actividades de ocio o descanso. Las horas de sueño para terminar algún pendiente de un cliente, los almuerzos que te tomaban tres horas (con tus padres, como es mi caso), los fines de semana, son algunas de las cosas que a veces se deben dejar de lado para anteponer nuestro compromiso de emprender.
Todo esto puede parecer sacrificio al principio, pero con el pasar del tiempo se vuelve un hábito cuando la disciplina está de por medio.
Cuando emprendes, el tiempo está enteramente en tus manos y es tu responsabilidad administrarlo. Es necesario también mentalizar que la disciplina no siempre implica “no salir un fin de semana si hay que terminar algo”, también está la -gran- contraparte de “premiarte” cuando las cosas te salen muy bien.
La disciplina, al ser un valor, está vinculada con los demás valores y la lealtad que tengas con los tuyos. Muchas veces hay que saber decir «muchas gracias, pero prefiero dar un paso al costado», más aún cuando algún cliente no sintoniza con los valores de tu emprendimiento y la importancia que tienen los colaboradores en una organización, por ejemplo. Aún en situaciones como estas, obtienes aprendizaje de sobra.
Debes de tener en cuenta que en el camino aparecerán momentos de debilidad, de desánimo…así sucede cuando te propones conseguir tus propósitos y metas, es natural que los caminos no sean fáciles. Para ello te recomiendo rodearte de todos los motivos que te hayan hecho ir por ese sueño, ¡visualízalos! sea escribiéndolos en un papel, colocando fotografías relacionadas, o simplemente dándote un espacio para imaginarlo y traerlo al presente. Esta es una manera de automotivarte y disciplinarte.
Recuerda, amar un sueño es comprometerse y trabajar arduamente para conseguirlo. “La disciplina surge cuando la visión se une al compromiso”, nos dice Stephen Covey, autor del libro Los siete hábitos de las personas altamente efectivas.
Pasión y Disciplina: dos palabras que te abrirán las puertas de par en par o serán tus más duros verdugos cuando midas los resultados de tu emprendimiento.
Y tú, ¿ Cómo trabajas hoy tu pasión y tu disciplina?